



Planetario de Chorrillos

El malecón de Chorrillos era el alma del distrito. Por las tardes de temporada, al igual que en las noches de luna y retreta, se veía concurridísimo. Luego de la Guerra con Chile fue reconstruido y recuperó nuevamente sus galas. Se entabló en toda su extensión. Se le dotó de glorietas, bancas y faroles que completaron lo que fue el paseo preferido de la aristocracia limeña.
Ya en el siglo XX el malecón de Chorrillos sufrió así una nueva transformación. Se sustituyó el antiguo piso de madera con un buen enlozado de mosaicos y desaparecieron las bancas y su rústica glorieta. El alumbrado a gas dejó de existir y los faroles fueron reemplazados por postes de luz eléctrica.
El malecón conserva su fisonomía indestructible. Y desde él se aprecia una inmejorable vista de la bahía de Lima.

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